El otro día me puse a guardar la ropita de Lucía en cajas. Ya lo había hecho cuando tenía dos meses y guarde todo lo de primera puesta, pero, esta vez fue diferente. Me embargó una sensación de tristeza viendo esos minúsculos patuquitos, esas chaquetitas y esos vestidos tan pequeñitos y pensando que ya no se los podía volver a poner. Cómo pasa el tiempo!!! Y parece que fue ayer cuando nació. Y en uno de mis arrebatos de negación de la realidad intenté ponerle una de esas chaquetas. Como os podéis imaginar la pobre no podía ni respirar, pero yo seguía pensando: “Pues no le queda tan mal, así cortita, un poco curriña, como a mí me gusta”. Finalmente, resignada y escuchando la respiración entrecortada de mi hija, la guardé en el altillo del armario, junto al resto de cositas.
Éstos son los momentos que una madre tendría que ir asimilando poco a poco, como cuando le cambias de capazo a silleta o le pasas de tu cuarto al suyo. A veces no te das cuenta de lo que crecen hasta que llega una situación como ésta.
A veces la miro y pienso: “En nada empiezas la universidad, te casas y me haces abuela”. Abuela yo!!! Qué horror!!!
Alguien debería crear algo para que los bebes no crecieran tan rápido. ¿No os parece?
Sí es impresionante cómo crecen, pero cada una tiene su aquel...ya verás cuando te llame "mamuchi" o cuando te dé un abrazo amoroso... no tiene precio!
ResponderEliminarEnhorabuena por vuestro blog!
Muchas gracias!!!
ResponderEliminarLa verdad es que cada etapa es bonita. Ya te contaré cuando me llame "mama".
¡Qué bonito post! Lo bueno es que con cada nueva cosa que hacen, son más adorables y más graciosos. Da gusto cuando empiezan a corretear, a hablar y cundo quiten abrazarte o darte besos. Aunque te entiendo, los días buenos me gustaría vivir como en esa película en que el mismo día se repite una y otra vez... Por otro lado en los días malos pienso que ya queda menos para cuando se vayan a la universidad :)
ResponderEliminarEl blog ya va tomando forma y os está quedando precioso!
Muchas gracias Berta!!!
ResponderEliminarBueno, bueno, así que hay días en los que piensas que ya queda menos para que tus peques vayan a la universidad, je,je,je. Pobrecitos, con lo buenos que son mis sobris.